Durante octubre, Lima se transforma en el epicentro de una de las festividades religiosas más grandes de Perú: la Fiesta del Señor de los Milagros. Esta celebración no solo congrega a millones de fieles en devoción al Cristo Moreno, sino que también ha adquirido relevancia cultural y social, siendo un símbolo de unidad nacional y un evento que trasciende lo puramente religioso. La ciudad se viste de morado, color que identifica a los devotos, mientras se preparan procesiones, ferias y celebraciones que envuelven a locales y turistas en un ambiente de profunda espiritualidad y tradición.
Origen del Señor de los Milagros
La historia del Señor de los Milagros se remonta al siglo XVII, cuando un esclavo angoleño llamado Benito o Pedro Dalcón pintó una imagen de Cristo crucificado en una pared de adobe en el barrio de Pachacamilla, donde vivía una comunidad de esclavos africanos. A pesar de no tener formación artística, Dalcón creó esta imagen, impulsado por su profunda devoción. En 1655, un fuerte terremoto sacudió Lima, destruyendo numerosos edificios, pero la imagen del Cristo permaneció intacta. Este suceso fue considerado milagroso, y la imagen se convirtió rápidamente en objeto de veneración.
A lo largo de los años, varios intentos de eliminar la imagen fracasaron debido a eventos inexplicables que aumentaron la creencia en su carácter sagrado. Finalmente, la pintura fue preservada, y se construyó una capilla en su honor. Con el tiempo, el Cristo de Pachacamilla fue reconocido como protector de Lima, y su devoción se consolidó a través de procesiones y ceremonias que siguen siendo parte central de la vida religiosa peruana.
La procesión del Señor de los Milagros
El evento más emblemático de la festividad es la procesión del Señor de los Milagros, que recorre las principales calles del centro de Lima. La imagen es sacada del convento de Las Nazarenas en varias ocasiones durante octubre: el primer sábado del mes, los días 18, 19 y 28, y el 1 de noviembre, en su última procesión del año. Miles de devotos acompañan la imagen durante su recorrido, rezando, cantando himnos y solicitando favores y milagros.
El color morado: símbolo de fe y penitencia
El morado es un color clave durante la celebración del Señor de los Milagros, y su uso se extiende por todo el mes de octubre. Los fieles visten túnicas moradas, conocidas como hábitos, como una señal de respeto y penitencia. Esta tradición tiene su origen en la Madre Antonia Lucía del Espíritu Santo, una religiosa ecuatoriana que llegó a Lima y fundó el Beaterio de Nazarenas. Al establecerse cerca de la capilla del Cristo de Pachacamilla, el hábito morado que usaban sus beatas se asoció con la devoción al Señor de los Milagros, y con el tiempo, el color se adoptó como el distintivo de la festividad.
Además de representar la penitencia, el morado es visto como un color de respeto y humildad en la liturgia católica. Durante el mes de octubre, este color predomina en las calles, en la vestimenta de los devotos y en la decoración de hogares y negocios, convirtiéndose en un símbolo inconfundible de la festividad.
Gastronomía del mes morado
La gastronomía del “mes morado” no solo es un acompañamiento, sino una parte esencial de la Fiesta del Señor de los Milagros. Cada plato tradicional que se consume durante octubre está impregnado de historia y significado cultural, convirtiéndose en una experiencia que va más allá del simple acto de comer. Aquí te presentamos los manjares más representativos de esta época, que transforma a las calles de Lima en un viaje de sabores.
Turrón de Doña Pepa: Un dulce de devoción
El turrón de Doña Pepa es uno de los símbolos más destacados del mes morado y de la devoción al Señor de los Milagros. Su historia se remonta al siglo XVIII, cuando una esclava de nombre Josefa Marmanillo, también conocida como Doña Pepa, sufrió de una parálisis en los brazos. Según la leyenda, tras rezarle al Señor de los Milagros, recuperó milagrosamente su movilidad. Como muestra de agradecimiento, Josefa creó este turrón y lo ofreció en las procesiones del Cristo Moreno.
Este postre consiste en una base de palitos de harina y manteca, dispuestos en capas y bañados en abundante miel de chancaca. Se decora con confites de colores, dándole un aspecto festivo y apetitoso. El turrón ha trascendido su origen religioso para convertirse en un símbolo de la gastronomía limeña, con versiones que se venden todo el año, aunque es en octubre cuando se consume con mayor fervor.
Picarones: El sabor del Perú colonial
Los picarones son otro plato infaltable durante las festividades del Señor de los Milagros, y aunque su origen es colonial, se han convertido en un clásico de la comida peruana. Los picarones surgieron como una adaptación de los buñuelos españoles, pero con ingredientes locales, como el zapallo (calabaza) y el camote (batata), que les dan un sabor y una textura únicos.
Se preparan mezclando harina de trigo con puré de zapallo y camote, dándole forma de anillos que luego se fríen en aceite hasta obtener una textura crujiente por fuera y suave por dentro. Estos buñuelos se sirven cubiertos con miel de chancaca, una melaza oscura hecha a base de caña de azúcar que les aporta el toque dulce perfecto. Durante las procesiones, es común encontrar puestos ambulantes que venden picarones recién hechos, lo que convierte a este platillo en una tradición viva y accesible para todos los que acompañan al Señor de los Milagros.
Mazamorra morada: El postre del maíz peruano
La mazamorra morada es un postre emblemático de la gastronomía peruana, y es especialmente popular durante el mes de octubre. Su ingrediente principal es el maíz morado, un tipo de maíz autóctono de los Andes, que se hierve junto con frutas como el membrillo, la piña y el durazno deshidratado, hasta formar una mezcla espesa de color oscuro. Este postre se endulza con chancaca, y se aromatiza con clavo de olor y canela, lo que le otorga un sabor profundo y cálido.
La mazamorra morada no solo es un deleite para el paladar, sino que también está llena de significado cultural, ya que el maíz morado ha sido utilizado por las culturas precolombinas durante siglos. Su textura suave y su sabor especiado hacen de este postre una opción perfecta para disfrutar durante las frescas noches de octubre en Lima.
Chicha morada: Una bebida con historia
La chicha morada es una bebida tradicional que acompaña la gastronomía del mes morado y está presente en la mesa de los peruanos todo el año. Al igual que la mazamorra, su principal ingrediente es el maíz morado, que se hierve con piña, manzana, canela y clavo de olor. Después de colarse, se endulza y se sirve bien fría, creando una bebida refrescante con un sabor afrutado y especiado que complementa perfectamente los platos tradicionales de la temporada.
La chicha morada no solo es deliciosa, sino que también es conocida por sus beneficios para la salud, ya que el maíz morado es rico en antioxidantes. Durante las procesiones, muchos fieles disfrutan de esta bebida como parte de la experiencia culinaria que acompaña su devoción al Señor de los Milagros.
Cau Cau: Guiso de tradición
Aunque no tan directamente vinculado a la procesión, el Cau Cau es otro plato que los limeños suelen disfrutar durante el mes de octubre. Este guiso se prepara con mondongo (estómago de res) cortado en cubos, acompañado de papas, arvejas y ají amarillo, lo que le da un sabor ligeramente picante y muy sabroso. Se sazona con hierbabuena, lo que le aporta un toque fresco y aromático.
El Cau Cau es una muestra más de la herencia colonial y africana en la cocina limeña, y al igual que los picarones, tiene sus raíces en la adaptación de platos europeos con ingredientes locales. Aunque no se consume exclusivamente en octubre, es común encontrarlo en las ferias que se instalan durante la procesión del Señor de los Milagros, donde los fieles pueden disfrutar de este reconfortante guiso después de acompañar al Cristo Moreno en su recorrido.
Celebración en otras ciudades y fuera de Perú
Aunque Lima es el epicentro de la Fiesta del Señor de los Milagros, la devoción ha trascendido las fronteras de la capital y del país. En regiones como Trujillo, Arequipa, Cusco y Chiclayo, se celebran procesiones en honor al Cristo Moreno, con igual fervor y devoción. La imagen del Señor de los Milagros ha adquirido un lugar especial en el corazón de los peruanos, sin importar dónde se encuentren, y ha inspirado procesiones en el extranjero, particularmente en ciudades como Madrid, Nueva York y Buenos Aires. Estas comunidades peruanas mantienen viva la tradición y la transmiten a sus hijos, asegurando que la devoción perdure generación tras generación.
Una experiencia única en octubre
Visitar Lima durante la Fiesta del Señor de los Milagros es una oportunidad inigualable para sumergirse en una de las tradiciones más representativas de la cultura peruana. Octubre ofrece la posibilidad de conocer la ciudad desde una perspectiva diferente, en la que la devoción, la historia y la gastronomía se fusionan para crear una experiencia inolvidable. Desde las procesiones multitudinarias hasta los sabores únicos del mes morado, cada aspecto de esta festividad refleja el espíritu colectivo de una nación. En Viagens Machu Picchu, te ofrecemos la posibilidad de vivir esta experiencia desde dentro, con paquetes turísticos que te llevarán a descubrir no solo la devoción al Señor de los Milagros, sino también los tesoros culturales y arquitectónicos de Lima. ¡Aprovecha esta oportunidad para ser parte de una tradición viva y auténtica!
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