Un país milenario como el Perú lleva representaciones marcadas por las civilizaciones que allí hicieron su morada, incluso antes del poder inca instalado por más de un siglo de la historia peruana.
Historia esta, destacada por culturas llenas de misterios y encantos, vivenciadas en el territorio vasto y rico en bellezas naturales. Perú sorprende en cada caminata, principalmente por los imponentes monumentos que hicieron los Incas, uno de los mejores ingenieros y arquitectos del mundo. Las técnicas estructurales que esta civilización muestra, son lecciones para muchos profesionales de esas áreas, y ganan belleza cuando están en medio de la naturaleza exuberante como las encontradas en todo el territorio peruano, principalmente en el Valle Sagrado de los Incas.
El Valle Sagrado de los Incas alberga las principales construcciones, y generalmente, un itinerario de viajes por el Valle, incluye visitas interesantes a los mayores complejos arqueológicos de origen Inca, como Sacsayhuamán, Ollantaytambo, Pisac, Qenqo, Tambomachay, Puka Pukara y otros. Moray está ubicado en la provincia de Urubamba, en el pueblo de Maras. Uno de esos sitios, es bastante curioso por su forma, sus plataformas son circulares y concéntricas, esto hace que, formen climas diferentes entre una terraza y otro, perfectos para una buena producción agrícola. Maras se encuentra a unos 50 kilómetros al norte de la ciudad de Cusco, y es donde también están ubicadas las impresionantes Salinas, otra obra monumental de los Incas, formadas con la ayuda de la naturaleza, una vez que se extienden por una inmensa montaña.
Salineras, minas de sal, tanques de sal, son todas las nomenclaturas conocidas de ese lugar de importante producción natural de sal, para el Perú. Ubicados a 3.380 metros de altitud, en un terreno inclinado sobre una montaña, esos tanques forman hermosas piscinas de agua blanca que, vistas desde arriba, forman una vista ¡maravillosa! Las proyecciones del famoso sistema de terrazas incaicas, son aproximadamente de 3 a 4 mil bancos de sal, cada uno con cerca de cinco metros cuadrados, que al evaporarse de las aguas, producen la sal cristalizada. ¿De dónde viene esa agua salada? Surge de una fuente un arroyo que fue canalizado subterránea mente aún en la época de los Incas, estos descienden del monte y se acumulan en los tanques por un período luego son separados por etapas de producción.
Cada extracción se comercializa de una forma, siendo la primera etapa para el consumo humano, la segunda etapa, para el consumo animal, y la tercera para la producción de cosméticos. Por eso, esas Salinas son de gran importancia económica para el país, ya que producen sal que abastecen no sólo toda la región de la provincia de Cusco, sino que también se exporta a otros países. Cerca de 200 familias explotan esas salinas, con el trabajo de extracción y venta de grandes sacos de sal en la región. Esta es una fuente de ingresos no sólo por la producción de la sal, sino también por el turismo, debido a que la región forma parte del vasto y mítico territorio del Valle Sagrado de los Incas, ofreciendo paisajes esplendorosos y vistas maravillosas. Para visitarlas, el turista paga alrededor de 10 soles para el boleto de ingreso y así aprovechar el paseo entre los tanques.
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