Peru es conocido por su antiguo e imponente imperio Inca, fundador de la imponente ciudadela de Machu Picchu, pero seis siglos antes de la aparición de esta civilización; otra cultura ya había dominado las costas peruanas. Esta fue la cultura Moche o Mochica, cuyo dominio inició el año 100, sus pirámides son comparadas con las de los pueblos Aztecas y Mayas en México, sus obras de arte son realistas y eróticas; sin embargo hay muchos mitos que encierra esta extraordinaria civilización. Además de ser uno de los pueblos mejor dotados del mundo antiguo y convertir un extenso desierto en valle; ellos honraban a sus dioses con ritos sangrientos, pues creían que haciendo sacrificios humanos y bebiendo de su sangre, agradarían a sus dioses, y recibirían protección de las sequías y otras inclemencias de la naturaleza, provocadas por lo que hoy se llama el Fenómeno del Niño.
Aún queda en pie pirámides de adobe, un poco erosionadas por el paso del tiempo y las lluvias, lo que causó que se perdiera rastros del legado cultural de los moches. Pero en sus muros quedaron reflejadas en imágenes pictóricas dioses y divinidades importantes, sus costumbres y dentro de las pirámides tumbas de cuerpos sacrificados, y en zonas privilegiadas tumbas muy bien embalsamadas de emperadores. En su artesanía, quedaron plasmadas detalles de su aspecto físico, como vestían, como vivían e incluso como tenían intimidad. Los estudiosos creen que fue su religiosidad, lo que inspiró la construcción de estas pirámides; es decir eran estructuras en las que celebraban ceremonias, ya que ellos atribuían a la altura un cierto valor espiritual y religioso. Lo que hacían era elevar a lo más alto su altar sagrado, en un período que llevó siglos de agotador trabajo, al servicio de una corta ceremonia sagrada. Ceremonias que realizaban con el fin de mantener unida a la sociedad, una buena relación con sus deidades, para la fertilidad de la tierra o simplemente para que todo siga adelante, también no deje de conocer nuestros paquetes para Peru y Machu Picchu.
Las paredes del centro arqueológico El Brujo, por ejemplo conservó, parte de la cultura mochica; en una de las paredes se ve una imagen un grupo de presos marchando a su muerte, en otra de las paredes se encuentra a una araña gigante aferrada a un cuchillo, este ser sobre natural puede ser la razón que llevó a los moches a realizar sacrificios humanos. Según arqueólogos, este era su deidad máxima el dios decapitador mejor conocido como Aia Paec. Los moches veneraban a este ser sobrenatural de aspecto antropomorfo con colmillos de felinos, ojos de búho y olas marinas rodeándolo; fue representado de varias formas, de acuerdo tiempo y espacio dentro de la cultura.
Aia Paec o dios decapitador era la principal deidad de la cultura mochica. “Aia Paec” significa “hacedor” en el idioma “Mochica”; era el más temido y adorado, por ser su dios creador, protector, proveedor de agua, de alimentos y de los triunfos militares; su imagen están en la pareces mochicas. Y su forma de adorarlo y su religión se basaba en sacrificios humanos haciendo culto al decapitador Aia Paec. La decapitación formaba parte de uno de los rituales más importante de los moches, la captura de prisioneros de una batalla, la comparecencia de los prisioneros ante su gran señor, decapitación de los cautivos y finalmente se bebían su sangre. También le rendían culto a la luna y al sol, la luna estaba relacionada con las mareas del mar, y creían que la luna era más poderosa que el sol, es por eso que celebraban los eclipses, en los que también ofrecían sacrificios humanos. El chamanismo estaba muy difundido en esta civilización moche y formaba parte de estas ceremonias; donde el chamán podía entrar en un estado de trance y contactarse con el mundo espiritual, no deje de conocer los destinos atractivos turísticos de Perú.
Los mochicas creían que la posición social y los privilegios en esta vida, se mantenían después de la muerte, es por ello que sepultaban a sus muertos con diversas provisiones de su día a día. Así lo refleja una tumba intacta del Señor de Sipán (poderoso gobernante moche) encontrada en 1987, muy bien embalsamada con adornos y emblemas sagrados de oro, plata y piedras preciosas. Para visitar su tumba, puede hacerlo en el Museo de sitio Huaca Rajada, ubicado en Lambayeque a 40 minutos de la ciudad de Chiclayo. Conozca más de la cultura peruana en el norte peruano con Viagens Machu Picchu.