Es curioso cómo el Perú proporciona diversos atractivos para tantos tipos de viajeros, ya sean admiradores de la naturaleza, apreciadores de la historia y cultura, aventureros de los senderos, contempladores de la espiritualidad marcada, novelas apasionadas o entusiastas del lujo y confort. A estos últimos – entusiastas del lujo y del confort, se reservan las más primorosas vivencias, con servicios privados, actividades típicas sublimes, gastronomía deleitable, entre otras cosas. El viaje entre Cusco y Machu Picchu será muy provechoso y cómodo a bordo de aquel que es considerado uno de los mejores trenes de lujo del mundo.
El Belmond Hiram Bingham
Este exclusivo y lujoso tren armoniza experiencias excepcionales a lo largo del recorrido. Son cuatro vagones, siendo dos destinados al restaurante, uno para la cocina, y otro con bar para la observación del bellísimo paisaje del Valle Sagrado de los Incas, a lo largo del camino. Este transporta cómodamente 84 pasajeros y dispone de una decoración histórico – artística al estilo de los años 20. El mejor receptivo de alto nivel de servicios, ofrece entretenimiento de primera clase y la sofisticada culinaria peruana. Un servicio personalizado se ofrece al principio del embarque, aún en la estación de Poroy, de donde parte el Hiram Bingham, con un brindis especial de bienvenida en el cóctel receptivo, con vino o champán y jugo de frutas. En temporada de lluvias – entre diciembre y marzo -, las salidas se realizan a partir de la aldea de Urubamba. A bordo del tren, los pasajeros son recibidos en elegantes mesas, con un ambiente bien decorado en los vagones – restaurantes para degustar lo mejor de la gastronomía renombrada del Perú.
Sabroso y selecto almuerzo con entrada, plato principal y postre, se sirve con ingredientes típicamente peruanos. Las bebidas también son tradicionales, incluyendo vinos, el famoso pisco sour, jugos y refrescos. El entretenimiento está a cargo de las canciones y espectáculos de danzas tradicionales andinas, y de los fascinantes paisajes naturales del Valle Sagrado de los Incas, que se pueden ver desde el vagón especial de observación, que tiene enormes ventanas y techo panorámico. Es un excelente momento para tomar hermosas fotos de recuerdo. El Hiram Bingham tiene equipo especializado a bordo, entre otros profesionales, guías que cuentan historias sobre la ruta del Valle Sagrado de los Incas, su cultura, historia y detalles del viaje. En el regreso de Machu Picchu, los servicios de este tren también son exclusivos, con una cena gourmet y el típico vino producido en Perú. La cena puede quedar aún más especial, en caso de que alguna pareja apasionada quiera algo más romántico, a la luz de las velas junto a las delicias que se sirven cortésmente. Como se puede apreciar, el viaje entre Cusco y Machu Picchu es muy confortable siempre con servicios impecables, principalmente si es a bordo del Belmond Hiram Bingham.
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