El Retablo Ayacuchano en el arte y la cultura contemporánea

retablo ayacuchano

Abrir las puertas de un retablo ayacuchano es como entrar a un universo de tradiciones y costumbres del mundo andino. Cada pequeño detalle, cada figura hecha a mano, cuenta historias que conectan al observador con festividades populares, manifestaciones religiosas y eventos históricos. Esta minuciosa artesanía ha sido reconocida como una de las mayores expresiones del arte peruano, y no es casualidad que haya sido declarada Patrimonio Cultural de la Nación. Por todo ello, podemos decir que la profunda influencia cultural del retablo ayacuchano en la identidad de la región se extiende incluso hacia las generaciones futuras. 

Origen e historia del retablo ayacuchano

El origen del retablo ayacuchano se remonta a la época colonial, cuando los sacerdotes españoles solían llevar a las comunidades andinas, cajones de San Marcos con imágenes religiosas. Con el tiempo, fueron los artesanos locales los que adoptaron y adaptaron esta tradición, entrelazando el la tradición del retablo ayacuchano con las Cajones de San Marcos, que consistían en cajas de madera que contenían figuras de santos y eran empleadas por los sacerdotes durante el proceso de evangelización. Estas cajas, además de representar figuras religiosas, también ofrecían protección a los hogares y a los viajeros. Posteriormente, los artesanos peruanos empezaron a crear sus propias versiones de estas cajas, conocidas como retablos, adaptándolas a sus tradiciones. A partir de la década de 1940, el retablo comenzó a reflejar escenas de la vida cotidiana, incluyendo peleas de gallos, corridas de toros, danzas tradicionales y eventos patrióticos, dándole así un valor estético que va más allá de lo religioso.

Cajones de San Marcos
Los Cajones de San Marcos: predecesores del Retablo Ayacuchano

Este cambio de enfoque responde también a la influencia de la cultura andina, que percibía la vida cotidiana y las festividades como elementos dignos de representación. Así, el retablo no solo representaba temas sagrados, sino también momentos importantes de la vida comunitaria, lo que aumentó su conexión con la cultura popular y su valor como símbolo de identidad cultural.

Joaquín López Antay y la evolución del retablo

El renombrado artista ayacuchano Joaquín López Antay fue fundamental en la evolución del retablo hacia una forma de arte popular y artístico peruano. Su trabajo incluyó escenas costumbristas que reinterpretaron la tradición religiosa con una nueva sensibilidad. En sus obras, López Antay innovó en el uso del color, prefiriendo tonos de rojo y grises en lugar de los habituales verdes. Esta paleta cromática distintiva fue más que una elección estética; reflejaba una conexión profunda con la cultura andina y un enfoque personal hacia la representación artística.

Joaquín López Antay
Joaquín López Antay difundió la riqueza y diversidad del Retablo Ayacuchano

López Antay trabajaba con un estilo que mezclaba la minuciosidad del arte religioso con el carácter expresivo del arte costumbrista, creando así un estilo propio que muchos otros artesanos seguirían más tarde. Su contribución fue tal que, en 1976, recibió el Premio Nacional de Fomento a la Cultura “Ignacio Merino” en reconocimiento a su trabajo como uno de los mayores exponentes del arte peruano contemporáneo. Hoy, podemos decir que su influencia continúa, e inspira a nuevas generaciones de retablistas que buscan mantener vigente esta herencia cultural.

Diseño y simbolismo en los retablos

El diseño de los retablos sigue una estructura particular: tradicionalmente, se dividen en dos espacios, haciendo alusión a la cosmovisión andina. La parte superior, es conocida en quechua como Hanaq Pacha, representa el mundo celestial y está dedicada a figuras religiosas. La parte inferior, Kay Pacha, refleja el mundo terrenal, a menudo mediante escenas costumbristas o de la vida cotidiana. Aunque este diseño es el más clásico, muchos artesanos, influenciados por su expresión artística personal, han innovado creando divisiones laterales y variaciones temáticas.

Un claro ejemplo de innovación en el diseño de los retablos son los trabajos de la familia Jiménez, quienes comenzaron a realizar retablos en cajas de fósforos, en cañas, o en formatos mucho más grandes, como el famoso retablo de la Batalla de Ayacucho. Estas adaptaciones permiten una amplia gama de representaciones que incluyen no solo el ámbito religioso, sino también lo secular y, en algunos casos, lo político y social.

Retablos de la familia Jimenez
Los Retablos de la familia Jimenez muestran la gran diversificación del Retablo Ayacuchano

La influencia y expansión del retablo en la cultura popular

El tiempo se ha encargado de consolidar al retablo ayacuchano en la cultura popular, como un símbolo de identidad, a través de sus escenas icónicas y estética distintiva. Cada año, cientos de turistas que vienen al Perú, visitan Ayacucho para conocer la localidad de Quinua, conocida como la “Capital de los retablistas.” En este lugar, los artesanos transmiten sus conocimientos y técnicas de generación en generación, asegurando que esta tradición se mantenga viva. 

Respecto a los materiales de elaboración, la piedra de huamanga, la madera de cedro y la pasta de yeso son utilizados para dar forma a las figuras dentro del retablo, que representan todo tipo de escenas, desde fiestas tradicionales hasta momentos históricos. La demanda internacional de estos retablos ha sido un motor de desarrollo económico y cultural para la región.

Por otro lado, el retablo ayacuchano ha encontrado un lugar en el mercado de objetos decorativos, siendo apreciado no solo por coleccionistas y amantes del arte, sino también por personas que valoran la artesanía peruana como símbolo de identidad y resistencia cultural. Esta expansión ha permitido que los retablos se presenten en ferias internacionales, llevando las tradiciones y el arte de Ayacucho a todo el mundo. 

Retablos contemporáneos: Expresión social y política

En las últimas décadas, el retablo ayacuchano ha evolucionado para incluir temas sociales y políticos. Por dar un ejemplo, Edilberto Jiménez, un expresivo artista peruano, ha usado el retablo para abordar temas de memoria y resistencia frente a la violencia política en Perú. Estas obras, conocidas como retablos con contenido político, son más que simples representaciones estéticas; son herramientas de expresión y reflexión sobre la realidad social. Durante los años de conflicto en Perú, los retablos se convirtieron en una forma de arte comprometido, documentando las luchas y esperanzas de las comunidades afectadas.

Retablo ayacuchano de protesta social
Muchos retablos ayacuchanos contemporáneos representan escenas de protesta social

Esta evolución temática ha permitido que el retablo se consolide no sólo como una representación artística, sino como un documento etnográfico que comunica las historias y los desafíos de las comunidades andinas. La capacidad de los retablos para abordar temas contemporáneos demuestra la versatilidad y la relevancia de este arte en el contexto moderno.

La técnica detrás de los retablos: una tradición artesanal

Al ser una de las artesanías peruanas tradicionales más importantes, la creación de un retablo es un proceso complejo que comienza con el blanqueo de la caja de madera, que luego se policroma y decora con motivos tradicionales. Las figuras internas se moldean con una pasta hecha a base de papa molida, yeso y agua. Una vez secas, se pulen y pintan con anilinas de colores vibrantes. Todo este procedimiento y técnicas han sido transmitidos de generación en generación, y aunque algunos detalles han cambiado con el tiempo, la esencia del proceso artesanal sigue siendo la misma. Cada retablo es único, con un estilo y acabado que reflejan la identidad del retablista, haciendo de cada pieza un objeto decorativo de valor inestimable.

El valor del retablo ayacuchano en el arte moderno

El retablo ayacuchano ha trascendido las fronteras de lo religioso y lo estético para convertirse en un símbolo de la identidad peruana en el contexto contemporáneo. Representa una forma de arte andino en la modernidad que conecta a las nuevas generaciones con sus raíces, mientras se adapta a los tiempos actuales. Sin embargo, la riqueza cultural del Perú no se limita a esta bella obra de arte, pues muchas regiones del norte y sur del Perú, ponen a tu disposición, multitud de experiencias igualmente enriquecedoras. En Viagens Machu Picchu, te invitamos a explorar de esa esencia a través de nuestros paquetes exclusivos en Cusco, el Valle Sagrado de los Incas, y otros destinos turísticos llenos de historia y tradición.

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